Javi de Juan y el sueño de ir al Mundial con los Leones7s: “La guinda al pastel”

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Javier de Juan (Córdoba, 1991) es un hombre feliz en la máxima extensión de la palabra. El Año I después de la pandemia empezó trayéndole como regalo de Reyes atrasado las Spain Sevens Series de Málaga y Sevilla, “una cosa única porque no sabemos si se repetirá alguna vez en la vida. ¡Y encima, en Andalucía! Me alegró y motivó mucho tener a mis seres queridos cerca porque, al final, siempre te ven por la tele, con 12 horas de diferencia o en diferido. Por eso, que te pudieran ver por una vez en persona te deja muy feliz”.

Ahora, acaba de sacar adelante las ocho asignaturas de las que se había matriculado entre la carrera de Criminología y la FP Superior de Sistemas Informáticos con Ciberseguridad, que viene cursando al alimón, “cuesta mucho sacar tiempo de calidad para estudiar y ha sido un curso bastante cargado de cosas, así que la mar de contento”. Pero como no hay dos sin tres, el capitán de la Selección española masculina de seven aspira a cerrar en Bucarest su particular círculo de buenas nuevas, certificando el ansiado billete para la Copa del Mundo de Sudáfricaevento en el que nunca ha participado, al igual que el resto de Leones7s

Jugar ese Mundial supone la guinda al pastel. Perdimos la opción de ir a los Juegos de Tokio y fue un palo duro porque íbamos muy bien preparados. También perdimos antes la opción de ir a la Copa del Mundo de San Francisco. Creo que este grupo tiene mucho potencial para lograr ese objetivo y, además, sería precioso jugarlo en Sudáfrica, que es tierra de rugby. Es algo que se te queda grabado en la cabeza y que puede que no se repita porque no es fácil ir a un Mundial y a unos Juegos. Sobre el papel está que no pudimos ir a ambos. De hecho no vamos desde 2013, en Moscú, y no nos fue muy bien. Son casi 10 años, así que ya va tocando“, arguye el flanker califal, quien afronta el 7s RWC European Qualifier de este fin de semana “confiado, pero en alerta. Como he dicho, España tiene muchas opciones y potencial para ir. Sólo hay que demostrarlo, por supuesto. Es donde no debemos pecar de confianza y pensar que lo tenemos ya hecho. Al revés, hay que ir a Bucarest, hacer bien el trabajo y ganarnos una de esas cuatro plazas para estar en el Mundial”.

Fotografía: FERugby.

Sudáfrica y la Copa de Mundo es una de esas metas por las que el ‘abuelo’ del grupo que dirige Pablo Feijoo, “lo estoy peleando con Fran Soriano”, lleva remando duro tras más de media vida vinculado a un deporte que descubrió por un azar del destino. “En Córdoba no había mucho rugby, pero mi padre sí que había jugado y, un día, en un restaurante coincidimos con el que era presidente de la Federación Andaluza, que era amigo de mi padre de toda la vida. Justo ahí nos enteramos de que había un club de rugby en la ciudad y me dijo que fuese a probar, así que me animé porque siempre me había llamado la atención. Por entonces jugaba al balonmano, que es mi segunda pasión, pero el rugby me enganchó desde el primer día y me acabó dando una oportunidad increíble para crecer en lo personal y en lo deportivo, hasta convertirse en una forma de vida”. 

De bien nacido es ser agradecido y Javi de Juan no olvida jamás aquellos primeros escarceos con el oval ni a una de las personas que más influencia ha tenido en su forja como deportista y como ser humano. “Empecé a entrenar con 15 años. El Córdoba Rugby no tenía esa categoría, así que me tiré un año sin apenas jugar con Carlos De la Torre, un hombre espectacular al que tengo un cariño increíble. Él siempre decía que el rugby es un deporte en el que todos son importantes, y tiene razón porque da igual tu constitución física o tus habilidades, que siempre vas a encontrar un hueco. Fue de las cosas que me sedujo, como también que hubiera gente de todo tipo: de un colegio privado, de un instituto público, algunos que lo habían dejado… Había un grupo muy variopinto de personas que se juntaban por una pasión común, que era el rugby. Es una cosa muy bonita que todo el mundo tenga su lugar en este deporte“.

Dicha vertiente ‘democrática’ del deporte oval fue la que acabó llevando al tercera línea cordobés por la senda de su disciplina olímpica, con la que se estrenó como león hace ocho años en Las Vegas. “Había estado compitiendo en seven, pero perdimos la plaza en Series y volví al XV. Entonces recibí una llamada de la FER porque me había convocado Santi Santos para una gira que había en verano, pero dos o tres días después me convocó también Pablo Feijoo. Les dije que se pusieran de acuerdo entre ellos y al final me mandaron con los Leones7s a jugar el Europeo. Fue una decisión de la que me alegro muchísimo porque me ha abierto muchas puertas, aunque en verdad yo no la tomé” (risas).

Y agrega: “La segunda vez que volví tuve que adaptarme porque el seven había cambiado y se había vuelto mucho más exigente como modalidad. Tuve que entrenar mucho de manera específica y cuidar a tope la alimentación. Fue una transición intensa y dura. Vi lo exigente que era, para mi gusto mucho más que el XV porque te obliga a todos los aspectos físicos, técnicos y mentales. O los tienes al cien por cien o es un ensayo en contra. Te obliga al máximo en el placaje, el encuadre, el pase… Como soy bastante exigente como jugador y siempre busco mejorar, vi un reto y un proyecto increíble que, además, me ha aportado muchísima madurez personal, muchísimas amistades y experiencia”.

Precisamente esa ingente cantidad de horas de vuelo acumuladas liderando a los Leones7s volverán a hacerse imprescindibles las próximas jornadas en Bucarest, donde ya esperan República Checa, Lituania y Bélgica, los tres oponentes del combinado hispano en la fase inicial del clasificatorio mundialista. “A priori es un grupo factible porque no está Irlanda, no está Gales, pero no me relajo ni infravaloro a mis rivales porque Bélgica, por ejemplo, son muy grandes. De hecho, en Lisboa nos dieron problemas. Lituania engaña porque parece que no van a dar guerra, pero son buenos jugadores, son rápidos también. En Polonia compitieron muy bien y el año pasado fueron subcampeones en Moscú. Y Chequia es un rival que, si controlas el partido, no te debería dar problemas. Pero si entras en la zona de descontrol, se crecen y te pueden dar problemas del estilo que te den la vuelta al partido”, advierte De Juan.

Si algo tiene claro el capitán leonino y sus compañeros de fatigas es la hoja de ruta a seguir en tierras balcánicas para arribar con éxito al Cabo de Buena Esperanza. “La clave es el cuarto partido, pero para tener un cruce favorable en ese encuentro hay que quedar primeros de grupo. Entonces el objetivo es ganar, por supuesto, de la mayor diferencia posible por si hay empate y hubiera que tirar del average particular para seguir adelante, y tener un cuarto partido más asequible de cara a la clasificación mundialista. Ojalá nos demos una alegría grande y, de paso, a todo el rugby español, que pueda vernos en un Mundial tras tanto tiempo sin estar en él“.

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El delantero andaluz tiene el convencimiento de que Sudáfrica puede marcar un antes y un después en una escuadra forjada con base en unos parámetros completamente distintos a la versión precedente. “Este grupo está todavía despegando, por decirlo así. Ha habido mucha incorporación de gente joven en los dos últimos años. La diferencia principal con la generación anterior es que antes venía gente muy buena en XV y luego se pasaban al 7s, como es mi caso, el de Pol Pla, Igor Genua o Manu Sainz-Trápaga, jugadores habituales en la DH e incluso en el XV del León, que luego se pasaban a seven. Ahora estamos formando a jugadores específicamente para 7s. Son más jóvenes y con un potencial a desarrollar muchísimo mayor del que, por ejemplo, tenía yo. Ojalá hubiera tenido la oportunidad, con 18 años, de involucrarme en un proyecto como este. Es un grupo que está empezando a brillar, con muchísimo recorrido por delante y un margen de mejora ilimitado“.

En ese metódico e imparable crecimiento de los Leones7s, destaca De Juan la figura del actual responsable técnico de la Selección española masculina. “Pablo es, en estos momentos, el creador de todo el seven español actual. El que ha instalado el sistema de defensa, la identidad de España, el ataque, el proyecto de desarrollo de jugadores jóvenes de cara al futuro a través de la Academia… Ahora mismo no se puede hablar de seven sin pensar en Pablo Feijoo. Se lo curra muchísimo, pasa un montón de horas trabajando para que el proyecto siga adelante. Es, en mi opinión, una de las figuras principales del rugby en nuestro país”.

Javi de Juan es de los que piensa que la acción más importante en un partido es la siguiente, por eso agita de continuo su disco duro oteando el futuro. En lontananza se visualiza dedicándose “a la administración de sistemas y seguridad informática. Es un mundo con muchísimas posibilidades, en constante crecimiento, con muchísima oferta y demanda y, aparte, un campo donde me puede aportar un montón la criminología”. Más a corto plazo, esta Torre de la Calahorra en versión rugbística tiene metido entre ceja y ceja un anhelo que, como el Mundial, espera cumplir antes de meterse de lleno en labores detectivescas.

    

Porque París bien vale… “Todo. Todo lo que haga falta. Unos Juegos Olímpicos son el sueño de todo deportista, entonces París lo vale todo. Todo sacrificio, todo esfuerzo, todo lo que haya que hacer para ir, será recompensado con París. Desde que se incluyó en el programa de los Juegos Olímpicos, es a lo más alto que puedes aspirar en el mundo del rugby 7s. Pero primero, vayamos a Sudáfrica”. Que así sea.

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