La contundente victoria del XV del León sobre Países Bajos en el Estadio Central de la Universidad Complutense de Madrid puso la primera pica de los ‘Tercios’ españoles al mando del general Santos en una campaña continental que les llevará este sábado hasta la ciudad rusa de Sochi (11:00 horas, Teledeporte), donde medirán sus fuerzas con los Osos en el Yug Stadion, en un envite a la sazón determinante para seguir soñando con la clasificación directa a la Copa del Mundo que se disputará el año que viene en Francia.
Ese objetivo último del combinado español, para el que también deberá rendir posteriormente a Rumanía y Portugal en el coliseo fetiche del rugby nacional, conlleva un poderoso componente emocional añadido en los casos particulares de Fernando López y de Julen Goia, estrechamente vinculados a la figura del malogrado Kawa Leauma, a quien la escuadra hispana dedicó de manera simbólica el triunfo sobre las huestes neerlandesas del pasado sábado con una foto dentro del vestuario sujetando la camiseta roja con el número 5 y la que portaron ambas selecciones durante el sentido homenaje que la Federación Española de Rugby (FER) tributó al añorado y querido segunda línea de origen samoano.
El capitán de los Leones y el ala del AMPO Ordizia, sin duda dos de los pilares dentro y fuera del verde sobre los que se sostiene la tropa que comanda desde el puesto de mando Santi Santos, sellaron poco antes del inicio de la Rugby Europe Championship 2022 un juramento, que hasta ahora habían mantenido en secreto, y que tienen la intención de cumplir en el caso de que España consiga meter finalmente la cabeza entre las 20 selecciones que tomarán parte en Francia 2023.
“Fernando y yo hemos hecho la promesa de que si logramos el pase al Mundial, iremos a visitar el lugar donde reposan los restos mortales de Kawa para ofrecerle la clasificación en señal de gratitud por ser nuestra fuente de inspiración. No sabemos cuándo, ya que es difícil saber en qué momento el deporte nos permitirá hacerlo, pero la promesa está hecha e iremos los dos a Nueva Zelanda o a Samoa, con seguridad”, revela el experimentado tres cuartos izaldarra.
Y añade, ya hablando como capitán del equipo guipuzcoano en el que compartía galones con el malogrado jugador oceánico, que “si podemos ganar algún título esta temporada con el Ordizia, le dijimos a su viuda que le mandaríamos allí el trofeo para que lo disfrute Kawa también”.
Tali Leauma sigue, de hecho, estando muy presente en los corazones tanto de los integrantes del XV del León como de la Federación Española de Rugby y, por supuesto, del AMPO Ordizia. Tanto es así que desde la FER se abrió el sábado, con motivo del encuentro ante Países Bajos, una Fila 0 que seguirá disponible en los de Rumanía, del 27 de febrero, y Portugal, del 13 de marzo, de manera que todos aquellos aficionados que quieran ayudar económicamente a la familia de Kawa, puedan hacerlo a través de la cuenta del Banco de Sabadell ES41 0081 0658 1500 0133 7735, cuyo titular es la FER.
Aunque no pudo estar presente físicamente en el Central para asistir en directo al sentido homenaje que todo el rugby nacional brindó a su difunto marido, Tali lo siguió vía streaming desde su Nueva Zelanda natal y no pudo evitar emocionarse ante las significativas muestras de cariño y respeto que ambas selecciones, autoridades presentes, así como el numeroso público que se dio cita en el emblemático coliseo de la Universidad Complutense, mostraron por Kawa durante el acto previo al choque.
Al igual que sucedía con el propio Kawa, su viuda también había echado raíces en tierras guipuzcoanas, siendo una persona muy querida entre la comunidad ordiziarra, como relata Julen Goia. “Ella vivió también mucho aquí y estaba totalmente integrada. Tali trabajaba en el polideportivo de Ordizia, era una de las profesoras de zumba del centro. Luego iba a clases de castellano y le encantaba salir a la calle para practicarlo con la gente. Por supuesto que seguimos teniendo contacto con ella muy de seguido y sabe que el club le ha dado muchísimo a Kawa, como él nos ha dado a nosotros. En esa interacción se han hecho unas amistades que van a perdurar para siempre”.
Fue precisamente en ese roce diario donde se cimentó una relación con el añorado delantero kiwi que, en el caso particular del ala de los Leones, trascendió con mucho los límites del rectángulo de juego del estadio de Altamira. “Fueron tantas y tan valiosas las vivencias que compartimos que no sé si podría quedarme sólo con una. Recuerdo unas Navidades que pasó en casa con toda mi familia, o, por ejemplo, el día que me casé. Al ser en plena pandemia, tuve que recortar bastante la lista de invitados. Quise que los amigos de verdad estuviesen, y Kawa fue uno de ellos. No es que llevara mucho tiempo con nosotros, pero al final es cuestión de feeling, de sentimientos, de lo que él te transmitía. Vino y tuvo la maravillosa idea de hacernos una Haka como regalo de boda”.
Y Julen rememora aquel mágico momento entrando en detalles. “Lo hicieron diez de mis compañeros de equipo, delante de todos los invitados, guiados por Kawa. Luego me regaló un Lava-Lava, que es la falda típica de las islas oceánicas y que había hecho traer de Nueva Zelanda para dármelo ese día. Son cosas que te quedan marcadas: con suerte te casas una vez en la vida, estás rodeado de tus seres más queridos, y que un chico que vive a 9.000 kilómetros de distancia te haga ese día una Haka, pues resulta imposible olvidarlo”.
Es por ese cúmulo de recuerdos y de momentos ya grabados para siempre en la memoria colectiva de los Leones que Fernando y Julen, tanto monta, se han juramentado en nombre de todos sus compañeros para rendir culto al legado deportivo y humanista de Kawa con la mejor de las ofrendas que pueden llegar a hacerle: la clasificación para la Copa del Mundo que, sin duda, el guerrero maorí de la eterna sonrisa hubiera estado muy orgulloso de jugar vistiendo la zamarra roja del XV del León.