Gauthier Minguillón (Burdeos, 1994) se la pasaba correteando cuando, de chaval, visitaba Castejón de Sos, el diminuto pueblo oscense de apenas 500 habitantes, a la vera de Benasque, del que era originario su abuelo paterno, Juan Antonio Minguillón, “con acento en la o, pues mi apellido es español”, remarca. Hervé, el padre de la criatura, nació en Burdeos, pero siempre ha llevado muy a gala sus raíces aragonesas y catalanas, en este caso último por parte de su madre, María Luisa Sazatornil. Y es algo que ha inculcado desde chico al zaguero-ala-centro del Stade Aurillacois (Pro D2 francesa).
No es de extrañar por ello que el pasado jueves, día de su 28 cumpleaños, Gauthier se acordara de él al desvelar el regalo con retraso que espera le hagan sus compañeros del XV del León. “Ganar a Portugal el domingo y que esa victoria nos sirva para ir al Mundial. Me alegraría especialmente por mi padre porque fue él quien me inculcó el placer de jugar al rugby. Sé lo feliz que le hace que juegue con España, la tierra de sus padres, por eso estoy seguro que si lo conseguimos sería el padre más orgulloso del mundo”.
Si además a eso le sumamos que la Copa del Mundo del año que viene será en el país de nacimiento de ambos y que el estadio Matmut-Atlantique, a tiro de piedra de donde reside el clan Minguillón, será una de las nueve sedes que acogerán partidos del torneo, el círculo entonces tiene que cerrarse por necesidad. “Sí, es como si los astros se hayan alineado para que estemos allí. Cualquier Mundial sería especial. El de hace cuatro años lo hubiera sido también, pero es verdad que poder jugarlo en donde has nacido no deja de ser un plus más para pelearlo con todos nuestras fuerzas”.
El partidazo ante Rumanía y el concluyente marcador final han disparado la moral (que no la euforia) del combinado español, que ve cada vez más cerca la posibilidad de rubricar con éxito la cruzada que arrancaron el pasado 5 de febrero ante Países Bajos. “No esperábamos esa diferencia de puntos, pero si lo logramos fue porque hicimos las cosas muy bien, tanto en ataque como en defensa. Detrás de esta victoria hay un fuerte trabajo de todos, empezando por el staff técnico, el análisis del vídeo buscando los agujeros en su juego para tratar de hacer la diferencia, y luego el poder interpretar todo eso de la misma manera que lo hemos entrenado”, señala.
La velocidad y la intensidad volverán a ser los arietes con los que el combinado de Santi Santos tratará de rendir también en el Central a Portugal este fin de semana. “Es lo que buscamos siempre porque tenemos ese perfil de juego. La suerte es que disponemos de bastantes jugadores peligrosos. Se vio contra Rusia o contra Rumanía, que el peligro viene de todos lados, de la delantera, de la línea… Tenemos muchas armas para hacer daño, pero luego hay que estar al 100%. Tiene que ser un buen día para los 23 que juguemos y no dejar nada al azar, hay que tenerlo todo controlado”, advierte uno de los cinco jugadores (Álvar Gimeno es el otro español) que lidera el ranking de ensayos realizados (3) en el Rugby Europe Championship 2022.
“Ensayar está muy bien porque ayudas al equipo a sumar más puntos que el contrario. Lo de mejor anotador lo tomo con mucha calma porque lo único que importa es que sigamos ganando partidos y que podamos ir al Mundial. Para mí es algo completamente secundario. Lo realmente importante es poder dar mi mejor versión jugando para la Selección. Prefiero no meter un ensayo más y lograr esa clasificación“, asegura.
Minguillón se ha convertido con el paso de los años y de los partidos en un auténtico multiusos para Santi Santos. Zaguero en origen, el bordelés ha actuado también como segundo centro y, últimamente, como ala izquierda. En todas las posiciones ha rendido a satisfacción. “La posición con la que más me identifico es la de zaguero. Siempre jugué ahí y me encanta, pero Charly (Malie) o John (Bell) mueven bien la pelota y estoy disfrutando también actuando como ala. Al final es un poco parecido. De hecho, no tengo ningún problema en jugar en cualquier posición de la línea. Se trata de entender un poco el movimiento de nuestro juego”.
Y de tener las condiciones de un velocista para cruzarse el campo con la oval amarrada al sobaco a la caza y captura de la línea de marca enemiga. Un don que Gauthier lleva puliendo con prestancia y sacrificio desde que acude a las convocatorias del XV del León y sigue a pies juntillas las pautas que le marca Mar Álvarez, responsable de velar por la condición física de la escuadra nacional. “Es una cosa que me encanta trabajar y en lo que Mar me ayuda mucho. Le dedicamos tiempo todo el año porque ella me manda tarea incluso cuando estoy de vuelta en Aurillac. La verdad es que he mejorado mucho desde que vengo aquí y trabajo con Mar. A nivel fibrilar, de potencia… Le hemos metido muchas horas, y las que nos quedan para seguir mejorando”, comenta entre risas.
Es la propia responsable del trabajo atlético de los Leones quien esgrime las líneas maestras de la preparación específica que viene implementando con Minguillón para aumentar una velocidad punta que le permita ser más efectivo y letal cuando encara a sus rivales o consigue romper su línea defensiva. “Gauthier disfruta mucho entrenando y siempre hace trabajo extra. Eso es clave para alguien que quiera ser mejor en lo que hace. Dicho esto, trabajamos principalmente sobre la base de la fuerza: ejercicios pesados, peso muerto, sentadilla y cargada. Y luego la potencia y trabajos encaminados a la velocidad-fuerza”.
En la Thermomix de Álvarez maridan otros ingredientes que han logrado con los años transformar al ala izquierda español en un discípulo aventajado de Patrice Lagisquet, vieja gloria del XV del Gallo y actual seleccionador portugués. “Los otros tres elementos en los que hacemos hincapié son la pliometría, con la que se consigue estimular las fibras musculares de contracción rápida y generar fuerza de forma rápida y eficiente; mucha reactividad al tobillo, que te asegurará un menor tiempo de contacto con el suelo y, por tanto, correr más rápido; y técnica de carrera y ejercicios tipo bloqueo de cadera, para poder usar el tren superior mientras el tren inferior se centra en los desplazamientos”, explica.
El tiempo, la dedicación casi estajanovista de Minguillón y su genética de galgo hacen que la receta funcione. “Llevamos juntos desde que era Sub 19 y eso nos ha permitido hacer un seguimiento fidedigno de su evolución. Hoy día es más fácil analizarlo con el GPS, por eso sabemos que estos dos últimos años ha mejorado mucho, sobre todo en aceleración: en solo dos zancadas sube mucho y se va de los rivales. Hay gente que al llegar a 28 km/hora no da más, pero él sí. Obviamente, para que eso sea así tienes que tener mucho talento, y Gauthier lo tiene. Desde jovencito se veía, lo traía de fábrica”, remata la jefa.
Ahora sólo falta que esa quinta marcha felina del ala de ascendencia baturra vuelva a activarse este domingo en su estadio fetiche. “Me encanta jugar en el Central. Siempre que lo piso tengo buenas vibraciones por lo que te transmite la gente. El apoyo que nos dan es increíble. Contra Portugal será de nuevo muy necesario, como lo fue ante Rumanía. Este es un partido que tenemos que ganar entre todos“, apostilla Minguillón al tiempo que hace un llamamiento para volver a llenar las gradas del coliseo de la Ciudad Universitaria de cara a esta nueva y, esperemos, definitiva final.