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Olivia Fresneda, Amaia Erbina y Iera Echebarria, un seguro Mundial para las Leonas7s en Sudáfrica

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Olivia Fresneda, Amaia Erbina y Iera Echebarria no han necesitado pisar Robben Island, el atolón-prisión a tiro de piedra de Ciudad El Cabo en el que Nelson Mandela pasó tres décadas de su vida recluido por su férrea oposición al Apartheid, para ser capitanas de su propio destino, ese que les unió cuatro años atrás en San Francisco para enfundarse la piel de las Leonas7s y defender su pabellón en el último Mundial de la disciplina olímpica del rugby celebrado hasta la fecha.

El tiempo prosiguió su inexorable caminar, pero el espíritu resiliente de Amaia, Iera y Oli no ha cedido un ápice ante ese tenaz y desgastante enemigo, como tampoco han sucumbido a la dura competencia de las nuevas hornadas de talentosas jugadoras que no paran de aterrizar en la Selección española femenina de 7s, para mayor gloria de un Pedro de Matías que, sin embargo, no ha dudado en apostar nuevamente para la inminente Copa del Mundo de Sudáfrica 2022 por este triunvirato curtido ya en unas cuantas batallas de tronío, un bien sumamente preciado en un combinado rebosante de juventud e intrepidez.

El Mundial podrá verse al completo y EN DIRECTO en Movistar+ Deportes 5 (dial 192), a partir de las 08:45 de este viernesTodos los partidos de ESPAÑA contarán con la narración de Eduardo Téllez y los comentarios de Javier Canosa

“Creo que para las tres supone un gran orgullo poder defender una vez más la camiseta roja en un Mundial de seven y representar a tantas personas. Es verdad que también te hace pensar en que el tiempo pasa. Las veteranas siempre me decían, ‘eres joven, todavía te quedan muchas experiencias por vivir’, pero te das cuenta de que esto pasa volando y que un día acabará”, comenta Amaia Erbina (Ordizia, 1997), quien junto a Iera integró también la escuadra olímpica hispana en Río 2016.

Volver a sentir la adrenalina de disputar una Copa del Mundo es, para Olivia Fresneda (Madrid, 1999), “el broche perfecto para acabar la temporada ya que, tras todo el año currando y compitiendo en las World Series, habernos podido clasificar fue algo increíble que verdaderamente nos merecíamos todas. Y además en un país como Sudáfrica, que es tierra de rugby. No se puede pedir más”.

La sombra del gran líder africano de la pasada centuria y su influencia en el exitoso devenir del deporte de la ovalada en el país del Arco iris siguen siendo alargadas y, a un tiempo, inspiradoras. “Sí. Y mucho, además. He tenido la suerte de competir antes aquí, en Ciudad El Cabo, y es realmente emocionante. La gente local transmite una energía muy especial y cuando las gradas se llenan se te pone la piel de gallina, pareces estar en la película de Invictus. Seguro que este Mundial no será muy diferente”, afirma la centro guipuzcoana del Stade Toulousain francés.

Y es que, al fin y al cabo, una Copa del Mundo no se juega todos los días. “Es como un objetivo diferente que nos motiva muchísimo por el hecho de que es algo que se da cada cuatro años. Se trata de un evento especial y creo que poder disputarlo es algo top para cualquier  deportista”, agrega Iera Echebarria (Madrid, 1992), la escurridiza Ala del Eibar RT. 

Fotografía: Borja Heredero

La experiencia es un grado, por eso es que Amaia, Iera y Olivia son el mejor termómetro para medir las sensaciones de esta actualizada versión de las Leonas7s que integran antes de entrar en capilla. “Son muy buenas. Tenemos a muchas jugadoras nuevas con muchísimas ganas de dar el cayo y de jugar un buen rugby. La mayoría no han estado en un evento de esta magnitud y eso podría interpretarse como algo negativo, pero creemos que va a ser al revés, que van a saber competir con unas ganas y un espíritu nuevo que nos van a venir muy bien”.

El sistema de competición del torneo sudafricano, de eliminatoria directa, obliga a las chicas de Pedro de Matías a ser muy cortoplacistas en lo que a objetivos se refiere. “Tal cual. Nuestra única meta ahora mismo es ganar a Inglaterra, que es el primer rival que tendremos aquí. Al jugárnoslo a un todo o nada, todas las integrantes del equipo sabemos de la trascendencia de ese partido. Estamos poniendo todo el foco en ello. Creo que lo estamos preparando bien”, desvela Fresneda.

 

Iera no descarta ningún escenario a partir de este viernes, cuando se vean las caras con el Siete de la Rosa, aunque remarca la importancia de no perder el norte en ningún momento sobre el verde. “En un Mundial todo es posible. Este formato de competición hace que haya sorpresas y que te la juegues todo en pocos partidos, por lo que el aspecto mental será clave para poder volver a estar en ese Top 5“.

El largo stage de preparación en el País Vasco ha sumado puntos de calidad dentro de un grupo que aún sigue pregonando a los cuatro vientos las bondades de una concentración que ha servido, si cabe, para estrechar aún más los lazos de las internacionales. “Ha ido algo increíble, un nuevo estímulo que nunca habíamos tenido a la hora de preparar una competición con el 7s. Además, al ser en pleno agosto, que no haya hecho tanto calor se ha notado muchísimo y eso nos ha favorecido. El ambiente, en plena Semana Grande de Bilbao, nos ha servido también para poder desconectar, y sobre todo que las instalaciones en las que hemos estado son alucinantes, perfectamente adaptadas para los deportistas, algo que nos ha venido muy bien”, relata la tercera línea de Complutense Cisneros.

Del nuevo elenco de jugadoras que integran el equipo nacional femenino, el trío mundialista se queda con “las ganas y la juventud que tienen. Esa chispa que da cada una de las chicas es muy importante de cara al juego. Y también que llegan caras nuevas que vienen jugando al rugby desde abajo, todo el tiempo, y eso cada vez se va notando más en los conceptos del juego, de toma de decisiones y, sobre todo, en esas ganas. Todas traen muchísimas y eso resulta fundamental”.      

Precisamente todas esas fortalezas de esta joven escuadra deberán servir de arma arrojadiza contra la falta de horas de vuelo en competiciones internacionales de varias de sus integrantes. “Se puede combatir con el descaro que tienen jugando, con no tener ningún prejuicio a la hora de hacer cosas nuevas y la determinación por aportar nuevas experiencias al juego”, asegura Olivia. “Creo que somos conscientes de a dónde vamos y de lo que nos vamos a encontrar. Y, sobre todo, de lo que somos capaces de hacer“, añade Amaia.

Eso no quita para que la presión de poder quedar fuera de la lucha por las medallas a las primeras de cambio esté ahí, latente. “Claro, eso va a estar ahí porque, al final, te juegas todo a una carta en 14 minutos. Pero bueno, han creado este formato y todos los equipos somos conscientes de que, si ganas, estarás entre los ocho mejores, y si pierdes te bajas de esa lucha, que es la chula. Entonces creo que es un obstáculo-objetivo bonito para el que estamos trabajando. Y hay muchísimas ganas de afrontarlo”.  

Reverdecer los recuerdos que les dejó a su paso San Francisco 2018 ayudan a Oli, Iera y Amaia a multiplicar a la enésima potencia el deseo de repetir gestas pretéritas. “Ojalá pueda disfrutarlo tanto como el de Estados Unidos. Aquel torneo fue redondo para nosotras. Obtuvimos un dificilísimo quinto puesto y tuve muy buenas sensaciones, a pesar de mi juventud. Así que el listón está alto, pero voy a por todas“, resuelve con determinación la mayor de las hermanas Erbina.

“Lo tengo como un pequeño tesoro en mi baúl de los recuerdos ya que tuve la suerte de estar entre las convocadas para ir y, sinceramente, no me lo esperaba porque acababa de volver de una lesión y sólo llevaba unas Series jugadas, pero me dieron la oportunidad de ir y lo disfruté muchísimo. Para mí era todo o nada. Fue increíble vivirlo con las jugadoras que lo viví, que además eran mis ídolos, así que es algo que tendré siempre presente”, rememora la delantera madrileña del Cisneros antes cerrar la charla con un pensamiento en voz alta.

“Que tras un año tan duro como este en las World Series, sabiendo todas lo que nos hemos jugado, podamos disfrutar jugando este torneo. Tener otra vez esa sensación de grupo, de unión y cohesión, esa marca que tienen las Leonas y que sé que tenemos que encontrar aún, pero que está presente. Tener la sensación de competir a todos los equipos, empezando por Inglaterra. Sé que podemos ganarles. Si jugamos a lo que sabemos, lo vamos a conseguir. Seguro”.