La trigésimo novena edición de la Copa Ibérica se queda en España tras el gran partido del campeón de la Liga Heineken, el VRAC Quesos Entrepinares, que se impueso en el Pepe Rojo 34-25 a un Os Belenenses con un ritmo de juego endiablado y que no bajó los brazos hasta el pitido final. Así, los hombres de Diego Merino retienen el título que ya cosecharon el año pasado en Lisboa y engrosan su casillero personal con tres copas de la competición peninsular.
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El primer título de la temporada para el VRAC se ha vendió caro y llegó en un momento perfecto para terminar un año redondo, en el que los vallisoletanos sólo han cedido la Supercopa ante sus vecinos del SilverStorm El Salvador, si bien también se quedaron fuera de las semifinales de la Copa del Rey.
Conscientes de la importancia de la Copa Ibérica tras un inicio de temporada dubitativo, los azulones, este sábado vestidos de blanco tras ceder su color al equipo portugués, se pusieron por delante desde los primeros compases del partido gracias al pie de Gass y a dos ensayos del zaguero Wesell Bell y del sin duda protagonista de los queseros: el apertura Greg Dyer.
Sin embargo, Os Belenenses se impuso en las fases estáticas y, partiendo de una melé muy dominante en la que consiguieron rascar varios golpes de castigo, llegó el primer ensayo de su zaguero Manuel Marta, el jugador más destacado del conjunto portugués, tras una increíble carrera de más de 50 metros. Para cerrar el primer tiempo, Paila, el ocho quesero, marcaba el tercero para los suyos y cerraba el marcador antes del descanso 22-13.
En la segunda mitad los hombres de Diego Merino solventaron los problemas en la melé, pero la chispa portuguesa no se apagó y continuaron construyendo desde el contraataque y aprovechando los momentos de confusión y los errores involuntarios llegó una nueva marca de su medio melé Azevedo, tras otro ensayo de Dyer para volver a poner a los suyos dentro del partido. A dos minutos del final, Guillermo Mateu, tras un fantástico pase de Greg, marcaba el quinto para los vallisoletanos, que dejaban sin opciones a los lisboetas, que ya no pudieron superarlos a pesar de marcar el último tanto sobre la bocina para cerrar 34-25 una fantástica edición de la Copa Ibérica.
