Viajar a Rusia hoy día a la caza y captura de cuatro puntos vitales para mantener viva la llama mundialista dista mucho de parecerse a las campañas napoleónicas de hace un par de centurias o la más cercana Operación Barbarroja con la que la Wehrmacht trató, igualmente sin fortuna, de someter al gigante de las estepas. Pero si algo tiene claro el staff técnico del XV del León es que el éxito de la misión en Sochi dependerá en buena medida de una adecuada planificación del largo e incómodo trasvase de la expedición española hasta orillas del Mar Negro que minimice el riesgo de acabar sufriendo, en términos deportivos, un Borodino o un Stalingrado.
Es en este punto donde entra en juego el trabajo de prevención de riesgos de Mar Álvarez (Jaén, 1979). La máxima responsable de tener a punto a la armada hispana en el plano físico es también, por ende, la encargada de velar porque los pupilos de Santi Santos salten este sábado al verde del Yug Stadion sin ninguna limitación provocada por el vuelo o por el estrecho margen de tiempo que habrá entre la llegada del equipo a Rusia, en la madrugada del viernes, y el puntapié inicial, previsto para las 11:00 horas de este sábado, un partido que será ofrecido en directo por Teledeporte desde las 10:55.
Curtida en no pocas batallas de semejante calibre tras ocho años gestionando el trabajo físico de los Leones, la preparadora jiennense ha diseñado un meticuloso plan operacional que los jugadores deberán cumplir de manera estricta tanto en el largo viaje a Rusia, con escala incluida en Estambul, como a su llegada a la ciudad de Sochi, donde apenas dispondrán de 31 horas entre el aterrizaje de su vuelo procedente de la capital otomana y el arranque del partido frente a los Osos.
“Hay que cuidar mucho cada detalle en este tipo de viajes tan largos y agotadores, con la agravante en este caso de que las horas de vuelo son malísimas porque llegamos a las tres de la madrugada del viernes, y eso ya de por sí condiciona nuestras rutinas de trabajo matinales. Llegar tan a deshoras nos obliga a alargar el descanso, con lo que tendremos que sacrificar la sesión de movilidad de las 7:30 y tratar de meterla en otro momento del día. La idea es hacer algo cortito de reacción en la mañana para quitarnos el viaje de encima y que tengan la tarde libre, aunque siempre hay algún jugador que pide hacer trabajo voluntario”, asevera esta ex jugadora del Cisneros que, curiosamente, siempre ha tenido bajo su mando equipos masculinos.
La Operación Sochi, sin embargo, comenzará en el mismo instante en el que los seleccionados españoles se monten en el autobús que los traslade desde su cuartel general en Guadalajara hasta el Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez-Madrid Barajas. “Justo ahí les damos un pequeño vídeo donde se les explica qué hacer en cada momento del viaje. Somos un grupo grande, así que siempre vamos a los aeropuertos con tiempo de antelación, lo que significa que nos toca esperar muchísimo. A eso súmale los enlaces, que también son largos, como es el caso, con lo que el tiempo en los aeropuertos se alarga y hay que estar preparados”, explica Álvarez.
Las recomendaciones son de lo más heterogéneas. “Llevar ropa cómoda en la mochila: otros pantalones, unas chanclas que te puedas quitar rápido e ir al suelo para poder hacer estiramientos. En nutrición, les decimos que ir a tomar un café no es la mejor idea. Lo que queremos al llegar es dormir, así que nada de cafeína desde las 17:00 horas. Y tampoco las salsas, para evitar problemas intestinales. Tienen una lista de productos que hay en los aeropuertos, en gradación de más a menos problemas, con incidencia en los que van a mejorar su sueño”.
La escala en Estambul conlleva la dificultad añadida de tener que realizar una ingesta previa a subirse al aparato que les conduzca finalmente a tierras rusas. En previsión de no encontrar el establecimiento adecuado para poder realizar una cena saludable, la manada de Leones podrá saciar su apetito con un kit de supervivencia. “Les ponemos sandwiches, humus, zanahorias, una manzana y una mandarina. Lo llevamos siempre en este tipo de desplazamientos por si no hay nada abierto o no hay lugares donde comer sano. Es algo que le hemos copiado al equipo de fútbol del Barça”.
Con todo, el peor trago para los jugadores llega al ocupar sus plazas en el avión. “Es que son muy grandes y lo pasan muy, muy mal porque literalmente no entran en los asientos y tienen que viajar varias horas con las rodillas dobladas. Les aconsejamos que se levanten varias veces durante el vuelo y que hagan estiramientos donde puedan. Es cierto que las compañías aéreas tratan de ponerles en las salidas o en los pasillos y eso minimiza el problema, pero no deja de ser el momento más delicado de todo el viaje”.
La historia se repetirá una vez que el colegiado decrete el final del Rusia-España, con el agravante de la paliza física y los inevitables golpes post partido. “Ahí damos prioridad a la recuperación. Las dos primeras horas son clave. Según entren al vestuario, se meten un minuto en agua con hielo para reparar los golpes y se toman un batido de proteínas e hidratos para reponer el ‘fuel’ que han gastado. A continuación, les damos un bocadillo o una ensalada de pasta, y a la hora frutos secos para reponer los minerales. Después ya comeremos todos juntos”.
A los que se han llevado la peor parte se les da un trato especial. “Alguno de los jugadores empieza ahí un tratamiento con presoterapia (movilidad con rodillo de espuma para oxigenar los tejidos). Ya en el avión, les damos otro batido de proteínas antes de dormir para que durante el sueño puedan reparar los tejidos, pues es cuando más recuperamos. Por eso es tan malo este viaje”, remata la ‘profe’ Álvarez, elevada en este vital partido a decimosexta integrante del XV del León.