Primero fue una grave lesión en los isquiotibiales de la pierna izquierda, que le tuvo cerca de ocho meses en el dique seco. Después, un esguince de tobillo. Luego unos problemas estomacales, y todo ello aderezado, entre medias, por una pandemia que no termina de pegar sus últimos coletazos. Asier Usarraga (San Sebastián-Donostia, 1994) empezaba a pensar seriamente que le había mirado un tuerto ante tal serial de desgracias que le han mantenido apartado del XV del León el último trienio. Casi nada.
Es por eso que la reciente visita de Países Bajos, en el arranque del Rugby Europe Championship 2022, supuso una suerte de borrón y cuenta nueva para el aguerrido flanker del Aviron Bayonnais galo (Pro D2), quien retomó su viejo idilio con el equipo nacional ante un público que extrañaba con una actuación sobresaliente.
“Acabé contento, sí. Tres años sin estar aquí es mucho tiempo, pero las sensaciones fueron muy buenas. Fue un partido ideal para conocer el sistema de juego, tratar de coger confianza con mis compañeros e integrarme al 100% pensando en los partidos tan importantes que están por llegar”, señala este gigantón de 1.88 que la pasada campaña pudo cumplir el sueño de estrenarse en el Top 14, la elite del rugby francés.
Suyo fue, de hecho, el posado inaugural de España en el inapelable triunfo sobre la Oranjeheren XV, su primero además como León y, sin duda, el más importante de la tarde porque sirvió para abrir la lata después de unos compases iniciales en los que el XV de Santi Santos no terminaba de centrar el tiro. “Es cierto que nos estaba costando un poquito meternos en el juego. Tuvimos algunas imprecisiones con el balón y creo que ese ensayo vino bien. Lo metí yo, pero fue una acción colectiva de toda la delantera, producto de un maul. Yo estaba en buena posición y tuve esa suerte, pero el mérito fue del equipo”.
El fornido tercera línea donostiarra no fue el único jugador del Bayona que acertó a sumar cinco puntos de una tacada ante los neerlandeses. Manu Ordás y Guillaume Rouet, los otros dos integrantes de la escuadra francesa llamados a filas por Santi Santos para esta doble convocatoria, también posaron la ovalada tras la línea de marca forastera. “Fue una bonita casualidad, sí. Para mí son un gran apoyo dentro del equipo porque sé cómo juegan y eso me ayuda a anticiparme un poco en determinadas acciones al saber por dónde van a ir”, explica.
Capítulo aparte fue el poder volver a sentir el calor del Central, algo que el internacional guipuzcoano añoraba largamente. “Tiene un ambiente especial que echaba de menos porque el público se pasa los 80 minutos empujándote como locos, incluso aun jugando mal. Conozco muchos públicos y lo que me encanta del Central es que aquí la gente es muy de rugby, entiende el juego y disfruta cuando, por ejemplo, haces un ensayo de un maul, o te aplaude si hay un avant. Nunca dejan de animar y eso se agradece mucho”.
Después de una ausencia tan prolongada, estar los 80 minutos sobre el césped y rendir a un nivel tan óptimo fue el mejor regalo posible para Asier. “Era un poco lo que buscaba: poder jugar bien, integrarme en el grupo, exprimirme a tope y aportar al equipo. Es verdad que no teníamos enfrente a un rival complicado, pero había que sacar el partido adelante como fuese por el objetivo y por Kawa. Eso también nos dio un punch muy importante”.
Pese a no haber tenido roce con el malogrado jugador de origen maorí, Usarraga está siendo testigo durante estas semanas de concentración de la positiva influencia que su alargada sombra tiene sobre el grupo que capitanea Fernando López. “Son cosas muy duras de superar que normalmente no pasan, pero nos está sirviendo para estar más unidos y salir a jugar con uno más. No tuve la suerte de coincidir con Kawa, pero los compañeros que lo conocían más sienten su presencia, que está ahí“.
Con semejante impulso anímico viajarán este jueves a Sochi, donde están obligados a subir el segundo peldaño de la escalera mundialista para no asomarse al precipicio antes de las visitas de Rumanía y Portugal. “Tenemos que afrontar este partido como una final. Sabemos que para jugar las dos siguientes con opciones reales de ir al Mundial, tenemos que ganarle a Rusia. Va a ser un partido muy duro porque se trata de un rival potente. Han hecho muchos cambios en el equipo, y también al técnico. Y por lo que hemos podido ver frente a Rumanía, tienen también una idea diferente de juego”.
A la dureza del adversario hay que unir también el largo viaje y el disponer de poco más de 24 horas entre el aterrizaje en Sochi y el puntapié inicial (sábado, 11:00), dos aspectos que también preocupan en el vestuario hispano, si bien Usarraga entiende que la clave pasa por “saber gestionarlos. Lo más complicado será el partido, porque enfrente vamos a tener a un rival fuerte que nos lo va a poner difícil. Temas como el viaje o el poder descansar bien dependen de cómo los manejemos. Por suerte contamos con un staff que tiene todo bajo control y que va a hacer todo lo necesario para que lleguemos lo más fresco posible al partido”.
De lo que no alberga duda alguna Asier Usarraga es de la capacidad del XV del León para cerrar esta campaña continental con el premio final de Francia 2023 en sus alforjas. “Claro que tenemos equipo para competir y ganar los tres partidos, pero no será fácil porque son equipos muy buenos. Pero es lo que tenemos que hacer para poder ir al Mundial y vamos a pelearlo a muerte porque es el evento de nuestras vidas“, finaliza.