Las mujeres en rugby crecemos a un ritmo sin precedentes y rompemos estereotipos”

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Rugby, ese deporte de contacto que siempre ha sido asociado a la masculinidad y virilidad, ese deporte jugado por caballeros… Y, de repente, en las últimas décadas cada vez más niñas y mujeres se calzan unas botas y salen al barro a luchar como guerreras para ser parte de la historia que hoy, y día tras día, se va construyendo.

Crecemos a un ritmo sin precedentes y, a pesar de los obstáculos y desafíos, las mujeres rompemos estereotipos y demostramos que podemos competir al más alto nivel, sin miedo, con la cabeza alta y esperando recibir golpes, pero sabiendo que somos capaces de devolverlos. Y si necesitamos ayuda, mi compañera corre a mi rescate, porque una vez más, seguimos demostrando que juntas, somos más fuertes.

A diario más mujeres se unen a los clubes locales y federaciones territoriales. Vemos a mujeres en la cabeza de clubes gobernando con sabiduría, las vemos transmitiendo experiencia a las más jóvenes, y ayudándolas a crecer, no sólo en el campo sino en la vida. Esa que se vive mejor cuando juegas al rugby.

Vemos a cada vez más mujeres ‘manejando el cotarro’ dentro de los terrenos de juegos y llevando la voz cantante desde la banda. Vemos niñas luchando como LEONAS para hacerse huecos en equipos de chicos y vemos a madres involucradas tanto fuera como dentro del campo. Queda mucho camino por recorrer, pero vamos creando nuevas rutas y eso lo avalan las más de 6.000 mujeres registradas como JUGADORAS DE RUGBY en España y los más de 90 equipos femeninos que compiten en ligas y torneos tanto nacionales como internacionales.

Un partido que comenzó en 1935

Remontarse a Rugby Femenino en España es hacerlo a 1935, y aunque eran muy raros estos encuentros, ya se podía hablar de jóvenes españolas con las ideas claras y la mirada clavada en un futuro de igualdad en el deporte. Y este, nuestro querido deporte, no iba a ser diferente, por muy masculino y violento que lo quieran categorizar. La creación de la Liga Iberdrola en 2011 fue sin duda un momento clave para nuestro rugby ya que permitió una mayor visibilidad y competitividad entre los equipos. Sirvió para empezar a sentir que, aún quedando muy lejos el profesionalismo, era la lucha que todas empezaban a hacer para llegar cada vez más lejos.

La vicepresidenta Elena Vallejo junto a la alcaldesa de Aranda del Duero en un acto. Fotografía: César Redondo

Sin duda, la falta de visibilidad y el apoyo económico sigue siendo de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos actualmente. A pesar de que desde la Federación Española de Rugby se toman medidas para promover y desarrollar el rugby femenino, las jugadoras se enfrentan a dificultades para obtener financiación y recursos para entrenar y competir. Es difícil que jugadoras puedan darse a conocer sin la cobertura mediática que se merecen.

La inclusión del rugby femenino en los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue clave para el aumento y la participación de más deportistas. Pero aún así, seguimos en la pelea por romper la barrera de la discriminación de género, y aunque se consiguen pasos diarios, la realidad sigue siendo otra. Es difícil de entender cuando nuestras Leonas han participado en dos Copas del Mundo, han ganado 10 Copas de Europa y se mantienen entre las diez mejores del mundo en la Liga Mundial de Seven, que sigamos siendo una minoría a la que le cuesta brillar más. Incluso cuando ya se ha demostrado contundentemente de los que somos capaces.

L a gran determinación y espíritu de equipo

Pero con todo este panorama, que a veces no se le ve ni fin, ni mejoría, lo cierto es que las mujeres siguen demostrando una gran determinación y espíritu de equipo. El crecimiento cada vez es mayor y sólo tenemos que mirar a nuestros clubes y ver nuestras categorías bases o los encuentros cada vez más difundidos por las territoriales de equipos de niñas entre los 12 y 16 años en la gran iniciativa de crear un Equipo Nacional Emergin. Todo esto hace que muchas de nuestras jugadoras hayan podido traspasar las fronteras e irse a jugar profesionalmente fuera, contribuyendo de esta manera a aumentar la visibilidad y el prestigio del rugby femenino en nuestro país. Sin duda, nunca se les podrá estar lo suficientemente agradecida.

Recordemos que vivimos un momento emocionante en nuestro deporte. La presencia y el éxito de nuestro rugby, en femenino, está creciendo constantemente. A pesar de los desafíos y obstáculos que enfrentan las jugadoras, su pasión y compromiso con este deporte son evidentes. Es un deporte inclusivo y diverso que atrae a mujeres de todas las edades y orígenes. Es sin duda un igualador social -no importa de donde vengas- sólo la pasión que nuestro deporte desprende, y por ende las que todas las jugadoras comparten.

Hay mucho potencial en el territorio nacional, es por ello por lo que debemos seguir promoviendo y apoyando con todo nuestro ímpetu, alcanzar el máximo nivel y ofrecer a las jugadoras las mismas oportunidades y recursos que tienen los hombres. Es momento de seguir creciendo y prosperando, de coger todas juntas el oval y avanzar. Comprometernos con todo lo emocionante y desafiante que el RUGBY nos ofrece.

Cosas que sigo aprendiendo en mi vida de deportista:

1. Avanzar siempre.

2. Apoyar a la compañera

3. Sufrir y celebrar juntas.

¡Vamos, a por ello!

¡3,2,1 LEONAS!

*Elena Vallejo, vicepresidenta de la Federación Española de Rugby.

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