Hace algunas semanas, Sergio Cámara Madrid, ex jugador de rugby y desde hace un tiempo apasionado al mundo de la bicicleta, contactó con la Federación Española de Rugby para hablarnos de un desafío muy interesante que quiere acometer este año y al cual ha denominado ‘Mi Gran Reto’.
Sin duda, no podría haber elegido mejor nombre para la hazaña que quiere lograr y que a continuación compartimos. En principio, piensa llevar a cabo esta aventura en el mes de septiembre, en función de cómo avance la planificación que ya puso en marcha en 2020 para completar todos los preparativos de manera óptima.
La salud de Sergio ha recibido duros y repetidos golpes que han estado cerca de dejarle sin movilidad, lo que cambió radicalmente su modo de vida y el de su familia, sobre todo durante los últimos cinco años. Sin embargo, ha conseguido sobreponerse a esta desmesurada mala suerte y tiene como objetivo agradecer la ayuda recibida e inspirar a personas en una situación parecida, con una historia digna de contar.
Tal y como relata en su blog este ex jugador del CD Universidad de Granada o del Rugby Club Costa de Calvià entre otros, en 2005 tuvo un accidente laboral que le afectó a la médula espinal. Aunque esto le produjo una minusvalía, pudo volver a tener un día a día relativamente normal y comenzó a trabajar en la O.N.C.E., si bien este contratiempo fue solo el primero de muchos.
Empezaron a sucederse los problemas en las piernas y el tobillo izquierdo. Casi cuando imaginamos que Sergio empezó a perder la cuenta de las revisiones, operaciones y nuevos términos médicos en relación con las patologías de su tren inferior, llegó lo que estuvo a punto de suponer el golpe de castigo final.
Cuando los doctores ya le habían recomendado insistentemente montar en bicicleta con regularidad, a fin de mantener las piernas activas, un coche se saltó un STOP e invadió precisamente el carril bici por el que circulaba Sergio. Las consecuencias no se hicieron esperar; artrosis degenerativa en tobillos, rótulas y columna, desplazamiento de los discos desde L4 a S1 y unión sacra de L4-L5. No hace falta pertenecer al sector sanitario para comprender que la cosa no pintaba bien, tal y como el propio traumatólogo le hizo saber a nuestro amigo, explicándole que posiblemente terminaría en silla de ruedas.
Del mismo modo que nos sucedería a la mayoría, las ganas de seguir adelante quedaron bastante en entredicho para Cámara y sus seres queridos, pues no resultó precisamente fácil recibir estas noticias. No obstante, fue entonces cuando ALMA lo cambió todo.
“Es lo que estaba perdiendo en mi interior y necesitaba recuperar la fe en mí para no entrar en un pozo sin fondo”. Esta idea entró de lleno en la cabeza de Sergio cuando vio en una tienda aquella bici en la que se leía claramente ‘ALMA’.
El apoyo incansable de su entorno y la indemnización por el atropello le permitieron subirse a esas dos ruedas e intentar una vez más mejorar su salud y su vida. Costó mucho y al principio el cuerpo cobraba facturas reiteradamente, pero con el paso de los kilómetros este rugbier logró recorrer con continuidad largas rutas en bici que no habría imaginado ni en su etapa como jugador, antes de todos los percances mencionados.
El protagonista de esta historia no ha escrito ni mucho menos el último capítulo de la misma, ni se le ha pasado por la mente pensar más de la cuenta en ello. Lo que sí sabe es el paisaje que ilustrará las próximas páginas.
Durante el estricto primer confinamiento, Sergio se encontraba nuevamente ante un obstáculo, pues ver cortada de golpe su rutina de ejercicio suponía un enorme contratiempo para mantener la movilidad de sus músculos. La experiencia de haber superado pruebas vitales más exigentes y un gran gesto de generosidad por parte de una tienda de bicicletas, al facilitarle material muy útil precisamente para el confinamiento, hicieron que pudiese esquivar este percance.
Afortunadamente, cada vez estamos más cerca de volver a la normalidad y Cámara quiere aprovechar su recuperación física y su idilio con los pedales para devolver parte del cariño y apoyo recibidos, contribuyendo de paso a que su reto sirva de impulso moral a personas que hayan atravesado malas experiencias similares.
Por ello, en mayo o en septiembre, pronto lo sabremos, Sergio viajará en su bicicleta desde San Fernando (Cádiz), donde actualmente reside, hasta Mallabia (Bizkaia), pasando por Talavera de la Reina (Toledo). Como todo en su vida reciente, este recorrido no es casual, dado que en sus dos destinos, el impulsor de ‘Mi Gran Reto’ visitará en la ciudad castellano-manchega la tienda que le ayudó a conseguir el equipo para el confinamiento y en el municipio vasco la sede de la marca responsable de la fabricación de su bicicleta.
Queremos desearle la mayor de las suertes a nuestro amigo ante esta aventura que conseguirá completar, no nos cabe duda. Como él mismo ha expresado a lo largo de todo este tiempo, el rugby y todo lo que vivió a través de él le han proporcionado en muchas ocasiones el valor y el coraje suficiente para seguir adelante, costase lo que costase, así como el saber valorar los esfuerzos que realicen otras personas por ti.
Tanto Sergio como su entorno llevan varias semanas a pleno rendimiento con este proyecto, intentando difundirlo con la colaboración de distintos medios e instituciones para que tenga el mayor alcance posible, por lo que, afortunadamente y en el mejor sentido de la expresión, ya no hay vuelta atrás.
“Para todas esas personas que me ayudaron en momentos difíciles de mi vida y esas personas que están en mi situación o en una peor. No te rindas y lucha, márcate retos y vive. ¡Por todos ellos va este reto!”.