Tras la victoria el sábado del SilverStorm El Salvador ante AMPO Ordizia, en la jornada del domingo el VRAC Quesos Entrepinares superó con solvencia al Sanitas Alcobendas Rugby (33-12). Partido casi sin fallos por parte de los de Diego Merino, dirigidos magistralmente por su medio melé, Chris Eaton, quien supo leer en todo momento el juego con enorme acierto. Alcobendas no encontró el suyo en el comienzo del encuentro y le costó reponerse. A pesar de la derrota, los madrileños completan una temporada muy satisfactoria.
De este modo, los dos conjuntos vallisoletanos de la Liga Heineken, claros dominadores de la categoría durante la última década, volverán por tanto a deleitarnos en una final. A pesar de que este año las distancias con los demás equipos se han acortado y hemos vivido un campeonato muy emocionante, Chami y Quesos reafirman su superioridad en el campeonato de la regularidad y disputarán un trofeo muy especial, ya que quien lo logre igualará al C.D. Arquitectura en lo alto de la clasificación global, con 9 títulos de la División de Honor masculina.
Volviendo a la semifinal de este domingo, a excepción de un par de incursiones en la 22 contraria, Alcobendas casi no consiguió crear peligro en los primeros 40 minutos, en los que el VRAC fue muy superior. Sin experimentos ni florituras, los locales ejecutaron a la perfección las acciones básicas de juego ofensivo y tomaron muy buenas decisiones en los últimos metros, lo que sumado a no conceder huecos en defensa les permitió marcar terreno. Los granates dominaron del 35 al descanso, pero no pudieron materializar ninguna acción y se llegó con un 23-0 para los pucelanos.
Tras la reanudación, el cuadro visitante tuvo varios tramos certeros en el juego abierto y provocaron dudas en la defensa quesera. Sin embargo, los de Diego Merino mantuvieron la compostura y provocaron muchos fallos visitantes que supieron aprovechar para quitarse la presión y recuperar poco a poco sensaciones. De esta forma, al gran ensayo de Lucas Guillaume desde el maul para Alcobendas le siguió una de las mejores jugadas de estos playoffs, en la que los tres cuartos locales trenzaron varios pases y cruces materializando el ensayo en un extremo del ancho del campo tras salida de melé desde el contrario. Esto sumado al acierto de Griffiths al pie convirtió en insuficiente la reacción de Alcobendas, que maquilló el marcador a 2 del final, dejando el 33-12 definitivo.
En la primera semifinal, jugada el sábado, Ordizia demostró en los primeros compases que no renunciaban a dar la sorpresa, jugando a la mano en campo rival y acercándose varias veces a zona de marca. El Chami consiguió mantener a raya a los vascos hasta el minuto 17, cuando el centro visitante Joubert Engelbrecht culminó una gran fase abierta de un extremo al otro. Esto sirvió para despertar al cuadro local, que a raíz del dominio en las fases estáticas y la fluidez de su juego en tres cuartos se hizo con gran parte del control del partido en los 20 minutos previos al descanso, aunque Ordizia se mantuvo en la brega gracias a los golpes transformados por Valentín Cruz y consiguió irse a los vestuarios por delante (15-16).
La segunda mitad comenzó algo más trabada, pero Olajuwon Noa aprovechó una jugada desordenada para devolver la iniciativa en el marcador a su equipo en el 43. El cuadro local fue encontrando cada vez más su juego, si bien los guipuzcoanos no le perdieron nunca la cara a la contienda, respondiendo a casi todas las ofensivas rivales. En el tramo final, el técnico chamizo acertó con los cambios, que le permitieron subir una marcha más a El Salvador, abriendo por fin un poco de brecha, si bien su contrincante se las arregló para ponerse a tiro. A pesar de ello, Nicolás Jurado y Nuu Junior Nuu remataron su gran actuación y la victoria vallisoletana en los últimos 10 minutos.
Se despiden de la carrera por el título dos equipos que están creciendo mucho y que tienen unas expectativas de futuro muy alentadoras. Entre otros objetivos cumplidos, Ordizia ha quedado entre los cuatro primeros 7 años después y Alcobendas ha ganado la Copa del Rey.
El Salvador y el VRAC tienen ahora dos semanas para preparar el que será el partido más importante del año para ambos y analizar cómo incarle el diente a su máximo rival. No cabe duda de que esta temporada inolvidable de la Liga Heineken tendrá una final a la altura.