Dos años después, el XV del León regresa a Sochi este sábado, a partir de las 10:55 horas, en directo por Teledeporte, con la firme determinación de que el segundo peldaño del Rugby Europe Championship 2022 rumbo al Mundial de Francia acabe siendo un ‘día de la marmota’ de aquel duelo en el que los pupilos de Santi Santos doblegaron con autoridad a Rusia, llevándose incluso el más valioso que nunca bonus ofensivo de la popular ciudad balneario del Mar Negro.
Poco podía imaginar Jordi Jorba (Barcelona, 1997), uno de los héroes de aquel sonado golpe de mano a los Osos en su cuartel invernal, que a la semana siguiente el viento de la desgracia, en forma de panzer georgiano, iba a frenar en seco su incontenible galope para hacerle revivir la peor pesadilla posible para un jugador de rugby: las roturas de los ligamentos cruzado anterior y lateral interno, y del menisco interno. La temible triada.
Jordi ya sabía de qué iba esa película de terror, puesto que la había sufrido con anterioridad en su rodilla izquierda, y tenía muy claros los pasos que debía dar para, con paciencia y buenos alimentos, volver unos meses después por sus fueros. Y lo hizo. Tanto que transcurrido un año y monedas de su segundo retorno a las canchas vuelve a ser una pieza importante en el esquema de Santi Santos, como dejó patente el pasado sábado ante Países Bajos en el Central, con posado incluido, su octavo de la presente campaña contando los seis que suma con la Unió Esportiva Santboiana, y el que ya le clavó a los neerlandeses en Amsterdam a finales del año pasado.
“Siempre he tenido una actitud muy positiva. Cuando tuve la primera lesión, me dije que no pasaba nada, que me haría más fuerte. Luego me volví a romper y estuve mal, tuve dudas, pero la actitud mental fue de nuevo muy importante. Sabía que tenía que tirar para adelante, con el objetivo a futuro de ser mejor jugador. Esa segunda lesión fue, si cabe, más compleja que la primera porque me pilló en el inicio del confinamiento por el Covid, pero tuve la suerte de contar con el apoyo de mi hermano, que es rehabilitador, y estuvo a mi lado durante toda la pandemia. Y, por supuesto, de mi familia, mi club y de la selección, que me ayudó un montón durante ese largo proceso y se lo agradezco”, relata el ala izquierdo catalán.
La velocidad, el cambio de ritmo, la potencia y la ambición de seguir creciendo como jugador vuelven a ser los distintivos del ‘Rayo’ del decano del rugby nacional, armamento nuclear del que ahora trata de sacar el máximo partido el staff técnico de los Leones. “Estoy con mucha confianza y, sobre todo, con un montón de ganas de poder demostrar que estás al nivel que exige la selección. Si hay algo que sobra en este grupo son las ganas, como quedó demostrado el otro día ante Países Bajos. Así que en los siguientes partidos, empezando por este de Rusia, vamos a ir a por todas”.
Sabe bien el ala de la UES que a estas alturas de partido el margen de error es inexistente para poder seguir soñando despiertos con Francia 2023. “Somos conscientes de que cada partido es crucial. También lo era el de Países Bajos porque había que ganarlo para mantener intactas nuestras aspiraciones. Lo que está claro es que no podemos bajar la guardia en ningún momento y contra ningún rival porque cualquier desliz o relajación nos puede costar quedarnos fuera de ese Mundial que tanto nos ilusiona”.
Haber arrollado literalmente a los Osos en los dos últimos duelos oficiales no garantiza absolutamente nada de cara a esta nueva entrega porque, para la gacela barcelonesa, cada partido es un mundo y más aún cuando hay una Copa del Mundo de por medio. Y los ex soviéticos aún tienen sus opciones. “Es verdad que a Rusia le venimos ganando últimamente y en noviembre además fue por una ventaja considerable, pero es un rival con el que las cosas han estado siempre muy igualadas y ahora está en juego ir al Mundial, por lo que han armado un equipo bastante diferente al del año pasado. Va a ser un partido duro y complicado. Con seguridad”.
En cualquier caso, el ala izquierda del XV del León tiene su particular ‘fórmula de la Coca-Cola’ para salir airosos, una vez más, de Sochi. “Creer en nuestro modelo de juego, en nuestro sistema, y confiar en que, trabajando bien y dando nuestra mejor versión, podemos ganar a cualquiera. Eso implica que no hay que confiarse para nada y que debemos estar atentos en todo momento por lo que pueda llegar a pasar”.
Jordi repetirá por tercer encuentro consecutivo titularidad en el XV de Santi Santos, frente a los Osos, señal inequívoca de la fe que el preparador madrileño tiene depositada en su capacidad para romper las líneas defensivas enemigas. “El míster y yo nos conocemos de hace mucho tiempo y cuando ve que estoy en forma, apuesta por mí. Y le estoy muy agradecido. Sabemos que Rusia es un rival muy duro, pero lo hemos estado analizando de manera pormenorizada y estamos preparados para afrontarlo. Como decía antes, vamos a salir a darlo todo para traernos, al menos, cuatro puntos”.
Y si llegan de la mano de algún que otro posado Made in Jorba, miel sobre hojuelas. “Ojalá siga con esa racha también frente a Rusia. Por mí no va a quedar. Salí bastante satisfecho de mi actuación frente a Países Bajos y, qué duda cabe que contribuir a la victoria con un ensayo está muy bien. Pero al final este es un juego de equipo y para que tú tengas esa oportunidad, hay un trabajo previo de tus compañeros. Sea yo u otro compañero el que logre posar, de lo que se trata es de sacar adelante el partido. Estamos preparados, sabemos a lo que nos enfrentamos”, señala con rotundidad.
Concluir esta campaña continental plantando el campamento de los Leones en el corazón de las Galias es algo que el raudo tres cuartos de la Santboiana no es capaz de traducir en palabras. Simplemente quiere que suceda. “No se puede describir lo que daría por ir a ese Mundial. Me pasan tantas cosas por la cabeza, tengo tantas ganas de jugarlo que no puedes resumirlo en una palabra. No la hay, no la encuentras. Ojalá lleguemos. Se puede hacer, y creo que lo vamos a conseguir”. ¡Que así sea entonces, Jordi!