Tras los hechos ocurridos el año pasado en Bruselas que nos dejaron fuera del Mundial de Japón, el XV del León se reivindicó este domingo ante Bélgica y se ganó por derecho propio una clara y contundente victoria ante Bélgica (47-9), que pone a España donde se lo merece, entre los mejores del Campeonato de Europa.
Los hombres de Santi Santos dieron ante los 8.100 espectadores que acudieron a la cita del Estadio Central de la Complutense de Madrid un recital de ensayos, dominaron en la touch y nos regalaron grandes jugadas y carreras que pusieron en pie a una afición entregada y que, como su equipo, no deja de creer.
España saltó al césped jugando con muchísimo descaro, demostrando desparpajo y con ganas de abrir el balón desde el primer minuto y mover a los belgas, demostrando que no tienen ningún miedo tras lo ocurrido en el Little Heysel. En el minuto tres, tras la expulsión de Verschelden por un placaje peligroso a Xerom Civil, los Leones pusieron en marcha una de sus armas más peligrosas: la touch combinada con un imparable maul que avanzó hasta meterse en la 22 belga, momento que aprovechó Lucas Guillaume para salir con el balón y marcar el primer para España, que se ponía 7-0 en el marcador.
Tras los primeros minutos de juego, Bélgica se conectó y, trabajando desde su melé, fue capaz de sacar varios golpes de castigo que terminaron en los primeros tres puntos logrados por De-Moffarts. De hecho, esta fase estática fue en la que los nuestros sufrieron más, encadenando golpe tras golpe que nos hacía perder metros y oportunidades de anotar.
Con la obligación de quitarse la presión y jugar en nuestro campo, los black demons decidieron despejar a touch, y fue de nuevo construyendo desde esta fase estática desde donde llegó el segundo ensayo de los Leones, posado por Xerom Civil, de nuevo tras un imparable maul.
Los belgas intentaban dormir el partido, pero los Leones querían imprimirle alegría. Así fue como Álvar Gimeno posó el tercero, tras una patada de despeje que se quedó en el campo y recepcionó Julen Goia, quien consiguió desplegar hasta el ala contrario, pasando por las precisas manos de nuestras delanteros, hasta terminar en el joven centro valenciano para ponernos 19-0.
Pocos minutos más tarde, era el turno de Brad Linklater, quien posaba en el ala después de otra touch que llegaba hasta Fabien Perrin, que ganaba la línea de ventaja y descargaba en su compañero para dejarle libre el pasillo hacia la zona de marca. De esta forma se aumentó la ventaja hasta el 26-6 que los belgas consiguieron reducir tras una indisciplina española a 26-9 al cierre de la primera mitad.
La segunda mitad comenzó con el mismo guion, un juego vivo y descarado por parte de los nuestros que culminó a los pocos instantes del pitido en un nuevo ensayo de Julen Goia, el quinto para los nuestros que se ponían 24 puntos por encima. El único pero era que la melé seguía sin funcionar, y los belgas intentaron sacar petróleo de esta formación una y otra vez. En esta tesitura los visitantes consiguieron ralentizar mucho el encuentro, buscando las cosquillas a España en los puntos de encuentro, pero los nuestros no entraron al trapo y siguieron trabajando, basándose en su maul que de nuevo terminó en puntos posado por Jon Zabala que nos llevaba hasta el 40-9.
El resultado era nuestro, pero los Leones habían saboreado los puntos y querían más. A sólo cinco minutos del final, Jordi Jorba, tras una gran jugada grupal,l posaba el séptimo para llegar hasta el 47-9 definitivo, ya que por una lesión del belga Maxime Ghion el partido terminó unos minutos antes, con un pasillo de ambas selecciones al jugador cuando era sacado del campo que representa mejor que nada el espíritu de compañerismo y respecto que rige este deporte por encima de todo.
