Juan González Marruecos (Granada, 1986) regresa a Sudáfrica con las Leonas tres veranos después de su primera visita al país de Mandela y los springboks asumiendo el liderazgo técnico de la Selección española femenina de XV. Un reto mayúsculo que el preparador andaluz califica como “el mayor de mi carrera hasta ahora. Lo siento como un gran orgullo y también como una gran responsabilidad, que uno mismo se autoimpone, porque no vale hacer las cosas de cualquier manera en un entorno donde hay que hacer las cosas muy bien”.
Primer ayudante de Jose Antonio Barrio, Yunque, durante el último lustro con el combinado nacional de féminas, el exentrenador de su querido Ciencias, de Aparejadores y del Rugby Mairena UAS, en sus versiones masculinas, tiene la más absoluta certeza de que en ese salto de calidad que dio dentro del universo leonino el pasado mes de abril tiene mucho que ver la figura de su predecesor en el cargo.
“Yunque fue quien me introdujo en el rugby femenino. Me llamó en 2017 cuando estaba formando un nuevo staff, tras el Mundial de Irlanda. No nos conocíamos, pero desde el principio conectamos bastante bien y me dio mucha confianza. Han sido unos años muy positivos en los que he aprendido no sólo en lo rugbístico, donde me ha aportado mucho en cuanto a metodología, sino también en la gestión del liderazgo”. Y añade: “Es una buena persona y eso es algo fundamental. Tenemos la suerte de que va a estar involucrado en esta nueva etapa de la FER, lo cual va a ser un gran apoyo para nosotras porque conoce como nadie el entorno del rugby femenino”.
Dice sentirse plenamente feliz por haber aceptado la propuesta de la FER para coger las riendas del equipo nacional femenino, aunque reconoce que hubo de pegarle unas cuantas vueltas antes de dar el sí quiero. “Entraba en mis planes que me lo pudieran ofrecer, pero me generaba dudas el momento de inestabilidad que vivía la Federación por todo lo del Mundial, no saber qué podía pasar. Además acababa de ser padre en ese momento y, como estoy en excedencia como maestro, era una decisión difícil porque estas haciendo una apuesta por un entorno con bastante incertidumbre. Lo consulté con la familia y con el propio Yunque, y al final me lancé. Era una decisión importante en mi vida, y he de decir que no me arrepiento ni de cerca. Cada día estoy más convencido de haber tomado la mejor decisión”.
Los hechos, después de algo más de 100 días al mando de la nave, tres concentraciones mediante y una primera toma de contacto con motivo del Partido de Las Estrellas Iberdrola, reafirman semejante percepción. “Las sensaciones están siendo buenas porque hay mucho potencial en la jugadora española, hay talento por desarrollar y eso me da mucha energía para trabajar duro con el objetivo de desarrollarlo. Algunas chicas ya están en ese camino por los proyectos que hay, pero creo que con un impulso en la mejora de los procesos y, a su vez, un impulso directo a las propias jugadores, el crecimiento va a ser muy significativo”.
El preparador granadino está siguiendo el camino iniciado por Yunque en lo que a la regeneración paulatina del equipo nacional se refiere. Cada una de sus convocatorias ha contado con un buen ramillete de jugadoras noveles en el ámbito internacional, “llevamos vistas 43 jugadores“. Una ardua a la par que paciente labor que, como toda construcción sólida que se precie, requiere de un plan de trabajo uniforme. Y de tiempo.
“Vamos en progreso. De menos a más. Uno de los retos como cuerpo técnico es tratar de poner a las chicas en la misma onda. Que sean capaces, viniendo de clubes y entornos diferentes, de trabajar sobre los mismos principios y una misma filosofía. Por ese lado estamos contentos. Las chicas nuevas están con muchísimas ganas de aprender y de seguir entrenándose. Les mandamos el mensaje de que hoy están, tal vez mañana no, pero que habrá nuevas oportunidades para todas y queremos que estén preparadas para que, cuando regresen, lleguen aquí en su mejor momento”, comenta.
Para encauzar tamaña labor, el nuevo inquilino del banquillo leonino cuenta con el apoyo de un cualificado staff técnico, conformado por el actual entrenador de Aparejadores, José Ignacio García, haciendo las veces de ayudante técnico; Carlos Benito, como analista de vídeo; la ex internacional María Casado es la responsable de la parcela física, mientras que los fisios Álvaro Díaz y Daniel Serrano son los encargados de tener a punto los músculos de las Leonas. Los doctores Jacobo Salvat y Mario Iglesias, junto con las managers Eli Martínez y Cristina Iglesias, completan el equipo de trabajo de un Juan González que no tiene reparos en alabar el buen estado de salud de que goza el rugby femenino español.
“En general, sí. Y, en buena medida, es gracias a los clubes que, en el entorno del desarrollo y promoción de las jugadoras, están haciendo un grandísimo trabajo. Se han roto barreras y venimos recibiendo jugadoras que hacen todo el proceso, arrancando en los M6 y M8 mixtos. Luego la jugadora española tiene buen carácter, compite bien y, si le damos mejores entornos para desarrollarse, lo hará mucho mejor. Las chicas se interesan mucho por el juego, te preguntan sobre todo tipo de aspectos y cada vez lo conocen mejor. Eso es importante para continuar creciendo”, admite.
Precisamente con ese objetivo de potenciar al máximo el crecimiento de los mejores exponentes del rugby patrio, González y su cuerpo técnico están en permanente contacto con Raúl Pérez y Mar Álvarez, directores de alto rendimiento de la FER en los apartados técnicos y físicos, respectivamente. “Hay muy buena sintonía con los dos porque sientes que se interesan por tu trabajo. Con Mar habla sobre todo María (Casado). Con Raúl tengo un buen feedback. Me llama o me escribe de seguido, preguntando sobre aspectos diversos de nuestro trabajo y tratando de apoyar lo que estamos haciendo, e incluso de resolvernos algunas cuestiones que teníamos. Así que muy bien. La predisposición de los dos es total”, reconoce.
Partidos del calado de los dos Test Match que España va a disputar los próximos días en Sudáfrica cierran el círculo del escenario que el nuevo seleccionador nacional persigue en su desafío por elevar progresivamente las prestaciones de este nuevo grupo de Leonas. “Estamos en un momento del ciclo que implica ver jugadoras, ampliar la base que tenemos y tratar de integrarlas en nuestros procesos en cuanto a lo físico. Queremos encontrar nuestra identidad de juego, y empezar a verla. Y hacerlo contra un buen rival como es Sudáfrica, puede ser algo importante. Vamos con la idea de ganar, claro, pero es cierto que nuestro foco principal es el proceso en el que estamos. Podemos hablar de que el Mundial de 2025 es el gran objetivo a largo plazo, pero ahora mismo lo importante es cumplir cada momento del ciclo. Y ese es, en este momento, asentar las bases de nuestro juego”, asegura.
González Marruecos avanza alguno detalles de lo que veremos sobre el verde del Ellis Park el próximo sábado. “No habrá grandes cambios, pero le hemos dado vueltas a algunas cosas. Como digo, se trata de sentar unas bases y saber competir contra rivales y entornos difíciles, en este caso a 1.700 metros de altura, contra jugadores en fase de crecimiento y profesionales. Queremos tener el carácter de que no nos importen los entornos, imponer nuestro juego y buscar lo que queremos conseguir. Cumplir los objetivos relacionados con el juego es lo prioritario”, revela.
Este partido y el del próximo día 19 podrán verse en directo por RTVE Play
El preparador andaluz confía en que este tipo de partidos, como el que disputarán también frente a Escocia el próximo 11 de septiembre, se conviertan en una tónica habitual a lo largo de este nuevo ciclo del combinado de féminas. “Es muy importante que, dentro de este camino que acabamos de comenzar, existan estos hitos, pequeños retos que sean muy atractivos y motivadores para las jugadoras porque, siendo realistas, el Europeo no nos da el nivel de competencia que necesitamos. Aspiramos a tener lo que tienen Gales, Escocia, Irlanda o Sudáfrica. Todos ellos juegan bastantes partidos de competencia alta. Nosotras no tenemos, a día de hoy, esas oportunidades”, lamenta.
Y prosigue: “La jugadora sabe que tiene que trabajar duro, pero si luego tiene esos hitos cada temporada, varias instancias competitivas de alto nivel a las que enfrentarse, su capacidad de competir contra las mejores aumentará considerablemente. ¿Con cuántos hitos me daría por satisfecho? Te diría que, como mínimo, los que tienen Italia o Escocia: los cinco partidos del Seis Naciones, más un par de Test Matches. Siete al año sería una buena cifra”.
Respecto a las Springbok Women, advierte que el actual combinado de XV sudafricano tiene poco o nada que ver con el que España se encontró en la gira de 2019. “Vienen de jugar el Campeonato Africano, en el que han arrasado, y de ganar a Japón en su casa, un hecho histórico porque Sudáfrica no había ganado nunca lejos de aquí. Es un equipo imponente en lo físico, de mucho tamaño, que basa su juego en tratar de someter a las contrarias con esa fortaleza que tienen. Y luego cuentan con un par de jugadoras, la 9 y la 10, que dirigen bastante bien al equipo. Estos tres últimos años han invertido mucho en la selección. Empezaron a profesionalizar sus estructuras femeninas aprovechando que África cuenta ahora con una plaza directa al Mundial, que no existía, y lograron la clasificación directa”.
Perdida el pasado año en Parma la posibilidad de poder estar en la Copa del Mundo de Nueva Zelanda del próximo octubre, las miras de futuro del nuevo grupo que comanda el ex talonador de Ciencias y del XV del León se centran en Inglaterra 2025, aunque ese hito mayor no le quita a Juan el sueño. Aún. “Es algo que siempre está en la mente porque queremos jugar ese Mundial, pero primero queremos estar muy presentes en cada paso que demos, tratando de afianzar cosas y no yendo más rápido de la cuenta. Sabemos que, si damos los pasos adecuados con rotundidad, la consecuencia será ir al Mundial. Así que vamos a respetar los tiempos de cada ciclo para que, cuando toque dar el paso de la clasificación, las chicas estén lo mejor preparadas para afrontarlo”.
Inveterado amante de la enseñanza en cualquiera de sus formas, “me gustaría trasladar al nivel formativo aquellos aspectos en los que creemos que tenemos margen de mejora, para lo que vamos a estar en estrecho contacto con los técnicos de los clubes”, a la par que enfrascado en una búsqueda permanente de estímulos que le permitan seguir subiendo peldaños en su profesión, “tengo ganas de pensar que no soy el mejor entrenador que puedo ser, por eso trato de buscar en otros países (Nueva Zelanda, Inglaterra, Francia) imputs que me ayuden a crecer como técnico”, Juan se asoma a una bola de cristal imaginaria para atisbar, en lontananza, dónde querría ver a las Leones el día que eche el cierre a esta aventura.
“Me gustaría dejarlas en un Mundial y siendo capaces de hacer un buen papel. Pero, sobre todo, en un momento en el que la jugadora española pueda decir que tiene los recursos alrededor para poder rendir a su mejor nivel, que sea capaz de competir al máximo nivel posible contra cualquier equipo del mundo“. ¡Mucha suerte, míster!