Médico adjunto en el servicio de urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Alberto Gómez compagina su trabajo principal con las labores del servicio médico del VRAC Quesos Entrepinares y de los Leones Sub 20. No obstante, en las excepcionales circunstancias que marcan la actualidad, Alberto no ha permanecido ajeno y cada día ‘salta’ a ese campo de batalla en el que se ha convertido su hospital y en el que él ha sido nombrado Coordinador COVID-19 en el servicio de urgencias.
Reconociendo la crudeza de la responsabilidad que le ha sido encomendada y dudando de si debe agradecerla, el doctor Gómez la asume con orgullo y nos explica parte de la realidad que se está viviendo en los hospitales. Asimismo, aclara los cambios a los que él y sus colegas de profesión han tenido que adaptarse, así como los aspectos que afectan directamente a los jugadores de rugby.
“Cuando todo esto aún no había empezado, tuve que elaborar un Plan de Contingencia junto con mi Jefe de Servicio, el doctor Carlos del Pozo, y otras personas de distintas categorías profesionales”, cuenta Alberto. “Todo era nuevo. Tuvimos que elaborar circuitos para separar completamente a los pacientes Covid del resto, diseñar un pequeño centro de preclasificación de enfermos fuera del hospital, elaborar protocolos de seguridad del personal y otros completamente diferentes a los que durante muchos años veníamos haciendo”. Además, el doctor que cuida de los Sub 20 apunta que todo este proceso se tuvo que completar en solo tres días y recalca la implicación de todos los trabajadores del hospital, dentro de cada área.
Durante estas semanas, viven la nueva manera de trabajar como si fuese la de siempre. “Ya vemos como normal entrar a trabajar y colocarnos nuestros equipos de protección individual (EPIs) y funcionar con ellos durante las siete horas de turno, así como ducharnos nada más terminar para llegar dentro de lo que cabe fuera de peligro a nuestras casas”, comenta Alberto. “A día de hoy continuamos modificando pequeñas cosas de nuestros protocolos, pero seguimos con ganas de continuar nuestra labor y nada ni nadie nos va a impedir que luchemos cada día para poder cuidar a todos los que, por la razón que sea, nos necesiten, como ya le dije a un amigo”, añade.
El doctor Gómez no oculta la mella que está dejando el coronavirus en quienes marcan el paso para paliar las contingencias a las que lleva ya más de un mes enfrentándose nuestro país. “Somos humanos, hay miedos y no todos los médicos han respondido dando un paso al frente”.
En lo que respecta a los médicos deportivos y, en especial, a los del mundo de rugby, al menos los que le pillan más de cerca, la opinión de Alberto también es clara: “La respuesta ha sido ejemplar, dando la cara en todo momento y poniéndose a disposición de quienes requerían ayuda de profesionales”.
A tenor de los jugadores de rugby que tiene a su cargo, el médico de los Leones Sub 20 pondera la gran responsabilidad que todos ellos están ejerciendo en estos momentos, a pesar de estar “en una franja de edad donde la infección no produce mucha sintomatología o, de producirse, no es muy alarmante. Desde el primer momento y antes de la declaración del estado de alarma, se dieron recomendaciones en cuanto a prevención para disminuir al máximo el riesgo de contagio”, explica.
Como curiosidad, Alberto nos comenta que “a los jugadores argentinos del VRAC Quesos Entrepinares se les ha pedido no consumir mate, una costumbre que tienen muy interiorizada”. Asegura que la respuesta fue muy positiva y cumplieron todas las normas.
En un momento marcado por la incertidumbre, él no le dedica tiempo a valorar cuánto nos queda, que pasará después y si la sociedad será más consciente de la calidad profesional del personal sanitario en nuestro país y de su calidad humana. Sin embargo, espera que “esto sirva al menos para que se den cuenta de qué profesiones son necesarias e imprescindibles en situaciones de crisis mundial. Y no hablo solo de los sanitarios. Ojalá se tenga con ellos un mayor reconocimiento tanto social como económico”.
Para ir terminando la charla, uno de nuestros héroes en la lucha contra el COVID-19 avisa que “no podemos relajarnos y ahora que los datos empiezan a dejar algún destello de optimismo cito a Steve McQueen: ‘Cuando veas la luz al final del túnel, es el tren que viene en dirección contraria’. Por ello, no debemos olvidar el tremendo potencial del enemigo al que nos enfrentamos, lo que podría darle alas en las semanas y meses venideros. Es imperativo extremar las precauciones cada día, cada minuto”.
Para completar su testimonio, Alberto nos pide que sigamos luchando, cada uno de la forma que le corresponde, y recuerda algo que debemos tener muy presente: “Un día más es UN DÍA MENOS“. Gracias, doctor.