De Ferraz a San Mamés

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La iniciativa de traer las finales de la Champions y la Challenge Cup a España se puso en marcha en 2015, a raíz del Congreso de la Federación europea en Londres donde los directivos de la FER se reunieron con el Chief Executive de la EPCR.

Tras los éxitos de la celebración en Anoeta de varios encuentros de la competición europea de clubes francesas y de encuentros del Top 14, se veía factible la organización de un evento internacional en Anoeta, considerando las obras de ampliación que estaban previstas.

De este modo comenzaron asiduas conversaciones con la EPCR, Asociación europea de clubes. A principios de 2016 contestaron con la noticia de que iba a salir la licitación para la organización de las ahora conocidas como Bilbao Finals. El requisito era un estadio de más de 50.000 plazas, por lo que se modificó el plan inicial desde Anoeta hasta San Mamés.

La primera negociación fue con los propietarios del estadio de San Mamés, que son las entidades vascas: Ayuntamiento de Bilbao, Diputación de Vizcaya, Gobierno Vasco, Atletic de Bilbao y la caja de ahorros Kutxa. En la primera reunión en el Ayuntamiento de Bilbao para tantear el terreno, las partes no se mostraron eufóricas con esta idea. Sin embargo la FER insistió, convenciéndoles de que era una buena apuesta, un evento creíble y tangible que supondría un hito no sólo para el País Vasco sino para toda España.

En septiembre 2016 la FER presenta la pre candidatura con el aval de estas entidades vascas y el 2 de diciembre la candidatura oficial. Cuando 14 días más tarde se hizo público el Shorlist, un comunicado con los tres finalistas, Bilbao aparecía entre ellos junto con dos pesos pesados como Cardiff y Newcastle. Tras esto había un periodo de 4 meses, hasta abril, para que hicieran el análisis y estudio de las candidaturas y las recomendaciones al Comite Ejecutivo de la EPCR. La FER estuvo trabajando intensamente con ellos, celebrando reuniones en Suiza y en Bilbao. Se presentaron y discutieron los presupuestos y el 3 de abril la EPCR dio la noticia de que por primera vez las finales viajarían fuera del terrirorio 6 Naciones y se jugarían en España.

Gran momento en el rugby español

Desde que se organizó la final de la Copa del Rey de 2016 en Zorilla con un lleno de 26.000 espectadores el rugby español está de enhorabuena. Las clasificaciones olímpicas de la Selección femenina y masculina a los JJOO, el récord de asistencia a un partido de rugby en el Campo Nou con 99.000 personas en la celebración de la Final del Top 14, o la visita de S.M. Felipe VI a los Leones en el España-Alemania son sólo algunos ejemplos de la buena salud del rugby español, que sigue creciendo con la celebración de las finales de la Champions y Challenge Cup en España, tras 25 años en territorio 6 Naciones.

Impacto económico

El impacto económico que va a originar la final de Bilbao, si nos fijamos en los resultados de Edimburgo 2017 y Lyon 2016 en años anteriores, va a ser de más de 35 millones de euros. Esas son las previsiones, pero se espera superarlas ya que los aficionados no sólo llegarán a Bilbao, Vizcaya o País Vasco, sino que está llenando incluso los hoteles de Cantabria, Rioja y Navarra. Además se está superando la cifra de espectadores que se había calculado en un principio,  40.000 espectadores para la Champions y 24.000 para la challenge. El sábado, en el encuentro final de la Champions Cup el lleno será total con más de 50.000 espectadores, ya que sólo quedan unas 500 entradas a la venta. 

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